Grotte de Rouffignac

En el corazón del Périgord Negro, a pocos kilómetros del prestigioso Valle de la Vézère,

la cueva de Rouffignac es una inmensa caverna.


Fue frecuentada sucesivamente por osos de las cavernas y por artistas prehistóricos,

y conserva espectaculares testimonios.

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Hay más de 250 figuraciones animales, de 160 siglos de antigüedad, diseminadas en este laberinto subterráneo.

A bordo de un tren eléctrico, la visita permite, sin cansarse, sumergirse en el universo misterioso de las cuevas y descubrir el arte de los cazadores recolectores de la Prehistoria.

Lugar privilegiado de difusión de conocimiento, la cueva de Rouffignac acoge regularmente exposiciones científicas.

Monument historique

Grottes de France

Inscrit au patrimoine mondial par l'UNESCO

 

Horarios y Tarifas

Comienzo de la temporada 2024

Todos los días del 31 de marzo al 1 de noviembre.

- Del 31 de marzo al 30 de junio: Visitas de 10h a 11h30 y de 14h a 17h. Taquilla cerrada a medio día.

- Del 1 de julio al 31 de agosto: Visitas de 9h a 11h30 y de 14h a 18h. Taquilla abierta desde las 9h hasta la venta de todas las plazas disponibles.

- Del 1 de septiembre al 1de noviembre: Visitas de 10h a 11h30 y de 14h a 17h. Taquilla cerrada a medio día.

Los grupos, de 20 personas mínimo, se recibirán exclusivamente con cita previa del 1 de marzo al 30 de noviembre.

 

Taquilla 

La taquilla se encuentra a la entrada de la cueva. La compra de entradas por teléfono o por internet no está disponible.

- Temporada media (De marzo a junio y de septiembre a octubre)Los billetes de entrada se venden por la mañana para las visitas de la mañana y a partir de las 14h para las visitas de la tarde.

Temporada alta (julio y agosto)Los billetes de entrada se venden a partir de las 9h para todas las visitas del día.

El horario de visita se indica en el billete de entrada en el momento de la compra.

No es necesario esperar en la cueva hasta el momento de la visita si la espera es larga. Es importante estar listo para comenzar la visita 10 minutos antes del horario indicado en el billete de entrada.

¡ATENCIÓN!

- Las entradas no se cambian ni se devuelven.

- El número de plazas es limitado.

- No hay reservas de un día para otro

Tarifas: 

Para familias : Adultos: 8,50 € ; Niños (de 6 a 12 años): 5,80 €

Para grupos : Adultos: 6,20 € ; Escolares: 4,25 €

 

 

Se puede acceder a la cueva desde la autopista A89, por las salidas 16 (llegando de Burdeos) y 17 (llegando de Brive, Paris o Clermont Ferrand)

La cueva se encuentra a 4 km al sur del pueblo de Rouffignac siguiendo por la D32.

Coordenadas GPS : Latitud: 45° 00' 26" y Longitud: 45° 00' 26"

Informaciones prácticas:

- Hay una tienda de recuerdos con una librería especializada en prehistoria.

- En el exterior, en un entorno natural, se podrá disfrutar de una zona de picnic sombreada y de numerosos senderos.

- Una cueva es un entorno auténtico, frío, oscuro y húmedo. En Rouffignac, la visita dura 1 hora, y el uso del tren eléctrico es sinónimo de inmovilidad. Hay que prever una prenda de abrigo.

- Por razones de preservación los animales no están admitidos.

- Se acepta el pago en efectivo, con cheques, y tarjetas de crédito (Mastercard y Visa)

- Los chèques-Vacances (ANCV) y la tarjeta American Express no se aceptan.

¡Disfruten de la visita!

 

 

 


 

 

Una cueva inmensa

La cueva de Rouffignac es una de las más grandes de la región. Cuenta con unos 8 kilómetros de galerías distribuidas en corredores de un volumen inusual en el Périgord. Las galerías, distribuidas en 3 niveles, pueden alcanzar una decena de metros de alto o una docena de ancho. El conjunto está excavado en una caliza cretácea donde abundan los nódulos de sílex. La red subterránea es actualmente totalmente fósil a excepción de un pequeño arroyo que recorre sus entrañas más profundas. La mayor parte de la excavación de las galerías realizada por el agua se desarrolló durante la era geológica terciaria. Se considera que la red subterránea se secó hace 2 o 3 millones de años.

Una cueva frecuentada por los osos

Passage des ours

 

Los primeros en frecuentar la cueva fueron los osos de las cavernas. De sus repetidos pasos por la cavidad subsisten numerosas huellas: Innumerables arañazos realizados con sus garras sobre las paredes y los techos y nidos en el suelo arcilloso de algunas galerías. Sin embargo, nos sorprende la escasez de huesos. Estos osos eran una especie ya extinta cuando los artistas prehistóricos vinieron a Rouffignac.

El paso de los artistas magdalenienses

 El mamut es en Rouffignac el tema predominante. 170 de estos paquidermos están representados en las paredes y los techos de este laberinto.

A pesar del gran prestigio del que goza este animal en nuestro imaginario, fue relativamente poco representado por los artistas prehistóricos quienes preferían, generalmente, los caballos y los bisontes. Así, de entre las 350 cavidades decoradas de Europa occidental, aproximadamente un tercio de las representaciones de esta especie se encuentran en Rouffignac. Por esta razón, se apoda a veces a este sitio como "la cueva de los cien mamuts".

Esta elección de los artistas es sorprendente sobretodo porque los huesos de mamuts son raros en el suroeste de Francia, esto añade misterio a la ornamentación de la cueva.

El grabado del patriarca

Entre las numerosas representaciones de mamuts, esta es una de las más espectaculares. Representa a un animal longevo (teniendo en cuenta sus gigantescos colmillos) e ilustra bien la claridad del arte de Rouffignac y la espontaneidad de los gestos de los artistas que trabajaron aquí.

 

Un conjunto de mamuts y cabras montesas

 

Como es habitual en el arte de las cavernas, alrededor del tema central gravitan otros temas. Es el caso del Gran Plafond donde un remolino de 65 animales se entremezclan alrededor de un pozo que comunica con los niveles inferiores de la cueva. A los inevitables caballos y bisontes se añaden aquí rinocerontes, muy raros en el arte de las cavernas, y cabras montesas como las que rodean al Abuelo, una de las figuras de mamuts más completas de la caverna.

Después del grabado, la segunda técnica utilizada por los artistas de esta cueva es el dibujo de trazo negro. Esta simplicidad técnica acentúa, sin duda alguna, la fuerza evocadora de estas imágenes, tanto si simplemente se superponen en el Gran Plafond como si participan en conjuntos estructurados como el "Friso de los diez mamuts”.

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Aquí, más que en ningún otro sitio, se refleja toda la sensibilidad y la modernidad de los artistas magdalenienses. 


 Desde 1959, ¡Trenes en una cueva!

Una cueva es un medio con un equilibrio precario. La presencia de arte prehistórico hace aún más indispensable el respeto de este equilibrio.

Conciliar, visitar y conservar implica precauciones especiales como la limitación del número de visitantes o la gestión de las luces, atendiendo tanto a su duración como a su potencia.

Por esta razón la visita a la cueva de Rouffignac tiene lugar a bordo de pequeños trenes eléctricos que canalizan el público, transportan la iluminación y garantizan cierta discreción a nuestra frecuentación repetida en la cueva.

Esta planificación, creada en 1959, es única en una cueva ornamentada.

En una hora de exploración, se permite al visitante experimentar la naturaleza impresionante del lugar y descubrir su arte prehistórico, sin ningún esfuerzo y sin peligro para su conservación, mientras se disfruta de una visita comentada.

El primer tren de la cueva, a la salida de la visita, en los años 60.

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