Grotte de Rouffignac


 

 

Una cueva inmensa

La cueva de Rouffignac es una de las más grandes de la región. Cuenta con unos 8 kilómetros de galerías distribuidas en corredores de un volumen inusual en el Périgord. Las galerías, distribuidas en 3 niveles, pueden alcanzar una decena de metros de alto o una docena de ancho. El conjunto está excavado en una caliza cretácea donde abundan los nódulos de sílex. La red subterránea es actualmente totalmente fósil a excepción de un pequeño arroyo que recorre sus entrañas más profundas. La mayor parte de la excavación de las galerías realizada por el agua se desarrolló durante la era geológica terciaria. Se considera que la red subterránea se secó hace 2 o 3 millones de años.

Una cueva frecuentada por los osos

Passage des ours

 

Los primeros en frecuentar la cueva fueron los osos de las cavernas. De sus repetidos pasos por la cavidad subsisten numerosas huellas: Innumerables arañazos realizados con sus garras sobre las paredes y los techos y nidos en el suelo arcilloso de algunas galerías. Sin embargo, nos sorprende la escasez de huesos. Estos osos eran una especie ya extinta cuando los artistas prehistóricos vinieron a Rouffignac.

El paso de los artistas magdalenienses

 El mamut es en Rouffignac el tema predominante. 170 de estos paquidermos están representados en las paredes y los techos de este laberinto.

A pesar del gran prestigio del que goza este animal en nuestro imaginario, fue relativamente poco representado por los artistas prehistóricos quienes preferían, generalmente, los caballos y los bisontes. Así, de entre las 350 cavidades decoradas de Europa occidental, aproximadamente un tercio de las representaciones de esta especie se encuentran en Rouffignac. Por esta razón, se apoda a veces a este sitio como "la cueva de los cien mamuts".

Esta elección de los artistas es sorprendente sobretodo porque los huesos de mamuts son raros en el suroeste de Francia, esto añade misterio a la ornamentación de la cueva.

El grabado del patriarca

Entre las numerosas representaciones de mamuts, esta es una de las más espectaculares. Representa a un animal longevo (teniendo en cuenta sus gigantescos colmillos) e ilustra bien la claridad del arte de Rouffignac y la espontaneidad de los gestos de los artistas que trabajaron aquí.

 

Un conjunto de mamuts y cabras montesas

 

Como es habitual en el arte de las cavernas, alrededor del tema central gravitan otros temas. Es el caso del Gran Plafond donde un remolino de 65 animales se entremezclan alrededor de un pozo que comunica con los niveles inferiores de la cueva. A los inevitables caballos y bisontes se añaden aquí rinocerontes, muy raros en el arte de las cavernas, y cabras montesas como las que rodean al Abuelo, una de las figuras de mamuts más completas de la caverna.

Después del grabado, la segunda técnica utilizada por los artistas de esta cueva es el dibujo de trazo negro. Esta simplicidad técnica acentúa, sin duda alguna, la fuerza evocadora de estas imágenes, tanto si simplemente se superponen en el Gran Plafond como si participan en conjuntos estructurados como el "Friso de los diez mamuts”.

frise

Aquí, más que en ningún otro sitio, se refleja toda la sensibilidad y la modernidad de los artistas magdalenienses. 

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